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jueves, 30 de junio de 2011

Cara al sol con la Bandera Azul


Cada año, a mediados del todavía presente mes de junio, la ilusión y la expectación se apodera de los ciudadanos de Fuengirola ante la izada de las Banderas Azules que pretenden acreditar la buena salud de las playas; un solemne acto que protagoniza, sin rubor de ningún tipo, la ilustre y orgullosa regidora de La Villa Blanca, Esperanza Oña.
Así fue en 2008, cuando una sonriente Pachina, acompañada de dos de sus acólitos más disciplinados, tiró de la cuerda ante los medios de comunicación, para ver cómo, cara al sol, la bandera ascendía por el mástil y se situaba en el extremo más alto, ondeando con suavidad y armonía.


Pero fue un año después cuando llegó el éxtasis. Fuengirola obtuvo siete Banderas Azules, su récord, un distintivo para cada una de las playas del litoral fuengiroleño. El único municipio de España en lograr el pleno. La proeza no pasó desapercibida, entre otras cosas, por el tremendo empeño propagandístico del gobierno de Oña que hizo que un paracaidista descendiera desde el cielo y entregase a la divina regidora una de las banderas para que procediera a su izado.


En 2010, Fuengirola volvió a repetir pleno y obtuvo de nuevo siete Banderas Azules. Esta vez, el hecho de que fuese año preelectoral y con la crisis en pleno apogeo, llevó al Ejecutivo del PP a apostar por algo menos ostentoso. En lugar de paracaidista, los populares tiraron de ignaros infantes de la Escuela Municipal de Verano para rodear a Pachina en la izada de las enseñas, quién sabe si con el propósito de aportar, de paso, algo de inocencia y pureza subliminal a la imagen pública de la primera edil.   


Poco importó, en cualquiera de esos años (y de los anteriores), la habitual aparición de las natas de verano en las aguas fuengiroleñas; fundamentalmente, motivadas por el permanente incumplimiento del saneamiento integral en la Costa del Sol, una reivindicación histórica, que no acaba de concretarse y que se agrava por el voraz desarrollo urbanístico del litoral malagueño. 
Esto, sin embargo, ha sido un aspecto que ha venido careciendo de importancia frente al esplendor de la Bandera Azul, que ha permitido a los bañistas mantener la mirada en el cielo y, al tiempo, ignorar las sustancias sólidas y líquidas que flotaban a su alrededor.
Pero, ¿qué ha pasado en 2011? Puede ser que el estruendo generado por las elecciones del 22-M haya ocultado la noticia. Por eso, decidimos bucear en la hemeroteca local, todo un océano de residuos informativos, pero no hallamos pista alguna sobre la ansiada izada de Banderas Azules en esa ciudad. ¿Por qué? Desgraciadamente, la explicación oficial no la podemos aportar. Pero sí un dato significativo. Tras dos años con hasta siete de estos emblemas sinómino de ‘calidad’; resulta que en 2011 Fuengirola ha perdido más de la mitad, y se ha quedado con tres Banderas Azules (para Santa Amalia, San Francisco y Los Boliches-Las Gaviotas).
Con este escenario, es comprensible que Pachina haya querido esconder este asunto de los focos públicos y no darle más eco. No era plan de ponerse a izar tres banderas sin explicar qué ha ocurrido con las otras cuatro. Porque, claro, aquí la gran pregunta es ¿por qué Fuengirola ha perdido estos distintivos?
Explicaciones nadie ha ofrecido. Al menos, no desde el gobierno local. Un periodista especializado en información turística, Francisco M. Pastor, habló de ello en su blog Temporada Alta. En la entrada El misterio de las banderas azules, el plumilla pone en cuestión los criterios de concesión de estos emblemas; y en concreto, sobre Fuengirola, afirma: 
…no creo (es más, lo afirmo) que las playas de Fuengirola hayan empeorado tanto como para haber pasado en un año de tener siete banderas azules (todo su litoral estaba reconocido) a solo tres. ¿Alguien puede explicarnos qué parámetros han cambiado?
La cuestión es completamente pertinente, pero nos da la impresión que llega con algunos años de retraso. Esa misma inquietud sobre la tremenda opacidad a la hora de valorar el estado y los servicios de la playas en España podría haber surgido en 2009 o en 2010 cuando Fuengirola obtuvo el pleno de reconocimientos y se plantó en FITUR sacando pecho y presumiendo de litoral. ¿De verdad estaba entonces la costa fuengiroleña para tener siete banderas? ¿Han disminuido de forma tan notable la calidad de estas playas en un año? ¿Por qué?
Si es cierto que La Villa Blanca ha dado un paso atrás en este sentido, alguien tiene que salir a dar explicaciones. La alcaldesa o la concejala de Playas, Isabel Moreno, que mantiene la delegación tras las elecciones. O ambas. 
No puede ser que Pachina haya lanzado a un paracaidista por los aires con la Bandera Azul, o haya reunido a decenas de niños para fotografiarse junto a ellos y las banderas, todo con tal de proclamar la magnífica gestión que en materia de playas realiza su equipo de gobierno, y ahora permanezca callada. Bueno, no exactamente callada. Oña ha cambiado este año el acto de las banderas por el anuncio de las ludotecas en las playas. Aunque lo que más sorprende es que, casualmente, dos días después de que se supiera que Fuengirola perdía cuatro banderas;  la alcaldesa electa saliera en rueda de prensa a pedir a la Agencia Andaluza del Agua celeridad en el inicio de la ampliación y mejora de los colectores del Paseo Marítimo, y de paso, recordar que el saneamiento integral es una promesa incumplida de otras administraciones desde hace 30 años. Era el 27 de mayo pasado; apenas habían transcurrido cinco días desde las elecciones municipales, y Oña ni siquiera había tomado posesión de su cargo. Impresionó tal premura en arrear a la Junta de Andalucía incluso en la primera edil. ¿Estaba Pachina curándose en salud, tejiendo su coartada, por si alguien pecaba de osadía y le cuestionaba por la pérdida de distintivos en la playas?
Igual de intolerable resulta la actitud de la edil (in)competente de esta materia. En 2009 fue esta misma concejala quien convocó a los medios de comunicación para decirles que había recibido la felicitación del inspector de la entidad que concede las Banderas Azules. Hoy, en cambio, ni se le espera para que explique qué le ha argumentado ese inspector para retirarle cuatro enseñas a la ciudad. Su única referencia pública a las playas este verano ha sido para anunciar una campaña de promoción comercial…, perdón, de sensibilización ambiental con Bioparc (menudo cable que el Ayuntamiento de Fuengirola le está echando a la empresa, a la que nos referimos en la entrada Los gritos del silencio). Pero es que, además, es inadmisible que, a través de la web municipal fuengirola.org difunda información totalmente falsa. En el portal de la Concejalía de Playas, junto a la fotografía de la edil Isabel Moreno, como si de un saluda de feria cualquiera se tratara, se puede leer: 
Fuengirola cuenta con las mejores playas de España. Así lo certifica el organismo que cada verano concede las Banderas Azules (…) Siete zonas de baño, siete enseñas. Esto es un motivo de orgullo para los vecinos, una garantía para los miles de turistas que nos eligen como destino vacacional y un reconocimiento al trabajo incansable del Ayuntamiento en esta materia.(…)
En el apartado, Relación de playas, la concejala sigue recordando que en 2009 y en 2010 todo el litoral fue galardonado. Pero ni una palabra de la situación de 2011. 
Y la situación de este año es que, esta ciudad ha perdido cuatro Banderas Azules y, a cambio, se ha ganado otra: la Bandera Negra que Ecologistas en Acción otorga a aquellas playas víctimas del impacto de la contaminación y la urbanización desmedida y que nacieron como contrapartida a las azules. En la provincia de Málaga han sido concedidas nueve Banderas Negras y una de ellas ha recaído en Fuengirola por la afectación del proyecto del Parque Fluvial en la desembocadura del río. Y no es la primera vez que la formación ecologista pone sus miras en La Villa Blanca. Ya el pasado año tuvo un papel estelar en el Informe Banderas Negras 2010. Caos en la Costa (se puede consultar íntegramente aquí).
Las Banderas Negras son otorgadas por Ecologistas en Acción. Pero, ¿quién está detrás de las azules? Pues se trata de una entidad que se hace llamar ADEAC, la Asociación para la Educación Ambiental y del Consumidor. Sobre el sistema de concesión de Banderas Azules, detallan unos mínimos comunes en su web, que pueden ser ampliados para la valoración de las playas de cada zona. Sin embargo, y a pesar de lo publicado, resulta llamativo el sistema de elección de playas de calidad de ADEAC que provoca circunstancias como la ocurrida en Valencia en 2008, en la que las playas del Cabanyal y la Malva-rosa recibieron el certificado oficial Q de calidad del Ministerio de Turismo, y sin embargo, le fue denegada la Bandera Azul a ambas zonas.
Sobre estos desajustes, ya Ecologistas en Acción ha alertado de lo que considera todo un fraude, lo que precisamente le impulsó a crear la campaña de Banderas Negras. En concreto, según la formación ecologista: 
Las banderas azules hace tiempo que no tienen ningún aval técnico, ni científico, ni administrativo de la Unión Europea. Son promovidas por un conjunto de asociaciones privadas ligadas a las empresas turísticas. La acumulación de fraudes y denuncias en su obtención hizo que la Comisión Europea le retirase el apoyo económico y se desmarcase de la campaña hace ya 9 años. 
Y no es ésta la única denuncia de fraude sobre el sistema de evaluación y análisis de las playas respecto a las Banderas Azules. La asociación Amigos de la Tierra también ha cuestionado su credibilidad. O el Centro de Iniciativas Ecológicas Mediterrània, de la Fundación Mare Terra, a través de su presidente.
El 1 de agosto de 2000, el eurodiputado del PP, Fernando Fernández Martín, formuló una pregunta por escrito a la Comisión Europea para saber si la concesión de las Banderas Azules dependía de la propia UE y para aclarar la relación de la entidad promotora de esas distinciones con el organismo internacional. La entonces comisaria de Medio Ambiente de la UE, Margot Wallström, el 19 de septiembre del mismo año, dio respuesta al eurodiputado, y a pesar de reconocer que en el pasado, la Comisión participó en el tribunal que decidía la concesión de estas banderas; le aclaró que;
(…)tanto por razones económicas como técnicas, la Comisión decidió en 1998 no conceder ayuda financiera a la campaña 1999 de las banderas azules. Tampoco se concedió ayuda financiera a la campaña 2000, por considerarse que las medidas de control de la atribución de las banderas no eran suficientemente rigurosas. 
Hay numerosos indicios sobre la posibilidad de que la concesión de las Banderas Azules respondan más a criterios empresariales que a factores de calidad medioambiental. Los suficientes como para que Esperanza Oña hubiera dado ya una explicación sobre por qué el pasado año en todo el litoral de Fuengirola ondeaban Banderas Azules y este año sólo hay tres. 
El silencio de Pachina puede dar a entender que, o bien las playas fuengiroleñas están peor que hace un año; o bien el gobierno local no ha mostrado el mismo empeño en mantener las distinciones de 2010. 
Si no es ni una ni la otra opción; ya está tardando la alcaldesa en exigir explicaciones a la entidad ADEAC por el perjuicio que su decisión le puede acarrear a esa ciudad. 

4 comentarios:

  1. Gracias por publicar, la información es muy interesante.

  2. Gracias a vosotros por el interés.

  3. Esta interesante lo del blog lo estaré mirando Esta información es muy valiosa gracias y sigan publicando

  4. Gracias por el interés.

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