Ni el resultado del 20-N, ni las propuestas de Rajoy a la crisis, ni el relevo en el PSOE. Los más reputados politólogos están estos días pendientes de la Costa del Sol, y más concretamente de Fuengirola. Porque en esta soleada ciudad, los socialistas son los artífices de una estrategia pionera, experimental, con la que pretenden llegar a la Alcaldía en 2015. Nadie había sido capaz antes de tamaño atrevimiento, y todavía menos, con los precedentes que hay.
Pues este 20-N, los socialistas fuengiroleños no han levantado el pie del acelerador y no sólo no han desentonado con el panorama provincial y andaluz, sino que, además, han conseguido destacar al colocarse a 33 puntos de distancia de los populares. Nunca en unas elecciones generales, el PSOE de Fuengirola había estado a tanta diferencia respecto de su máximo rival en el municipio. Y por si esto fuera poco, el mérito de los chicos de García León es haber conseguido la segunda mayor diferencia (en contra, claro) con el PP de toda la provincia, sólo superados por los socialistas de Benahavís que, en estas generales, miran cómo la derecha se ha situado a 42 puntos.
El hasta ahora edil del PSOE local, Antonio Castillo, de forma sorprendente, acaba de anunciar su marcha de las filas socialistas. No renuncia al acta de concejal por lo que constituirá el Grupo Mixto en la actual Corporación Municipal, dejando a los socialistas con cuatro concejales.
Las críticas no se quedan ahí, porque en el texto, los socialistas acusan al edil dimisionario de “cobijarse bajo el paraguas del PSOE para obtener su acta de concejal y poder negociar ahora con ella”. Además, aseguran que “la actitud del ex edil y ex militante socialista se asemeja al concepto del transfuguismo, puesto que éste consiste en traicionar a los compañeros de lista o de grupo, y esto es lo que está sucediendo en la actualidad con este concejal no adscrito”; y le piden “por decencia política” que renuncie también al acta de concejal.
La decisión de Antonio Castillo de no renunciar a su acta de concejal esconde, a buen seguro, un conflicto interno en las filas socialistas que no tardará en hacerse visible.
Porque, desde luego, la situación del PSOE fuengiroleño no es susceptible de incluirse en el Manuel de buenas prácticas para salir de la oposición; sino todo lo contrario.
Las pasadas elecciones generales del 20-N han servido para ratificar el insultante dominio del Partido Popular en Fuengirola y el interesante crecimiento de UPyD, pero además, también han desterrado al PSOE a niveles casi marginales.
Como ya dijimos en la entrada 20-N: El PP apabulla en las urnas y el PSOE ¿se desfonda?, los socialistas llevan una progresión electoral geométrica hacia la descomposición.
Ya las elecciones municipales del 22-M le regalaron al Partido Socialista de Fuengirola sus peores resultados de los últimos cuatro comicios locales. El candidato y también secretario general de los socialistas fuengiroleños, Javier García León, condujo a la formación de izquierda a los segundos peores resultados en la historia democrática de esta agrupación, sólo superados por el 19,48 por ciento de 1995 cuando los socialistas se quedaron con cuatro concejales.
Por no entrar en demasiados detalles (se pueden consultar en la entrada Compuestos, con crisis y sin votos), basta decir que el PSOE batió su propio récord de marginalidad electoral al quedarse en los últimos comicios locales a ¡44 puntos de distancia del PP de Oña!
Javier García León (izqda.) y Antonio Castillo (derecha). |
Dimisiones post-electorales
Con este escenario, en la Agrupación Socialista fuengiroleña han debido pensar que necesitaban un revulsivo, y se han puesto manos a la obra. O mejor dicho, trastos a la cabeza. Porque eso es lo que se están lanzando en público con uno de sus propios concejales.
Antonio Castillo y Javier García León. |
No son públicos los motivos del abandono del que fuera número cuatro de la candidatura socialista que encabezó Javier García León en las pasadas elecciones locales. Pero viendo el cariz del asunto, tardaremos poco tiempo en conocer las razones de esta ruptura.
Porque los socialistas han reaccionado pronto y han decidido sacar la artillería. Esta misma tarde, en un comunicado que han publicado en su web, el PSOE de Fuengirola advierte a Castillo de que “quedarse con el acta de concejal es un fraude a la ciudadanía y una estafa al partido”.
A. Castillo en rueda de prensa con Conejo y García León. |
Uno de los aspectos más llamativos de este comunicado del PSOE es que no lo firma nadie ni se lo atribuye ninguno de los dirigentes socialistas.
El secretario general de los socialistas fuengiroleños, Javier García León, se limitó ayer a decir en declaraciones a los medios de comunicación que la decisión de su hasta ahora compañero es “personal y respetable”, al tiempo que reconoció que, legalmente, las actas de concejal son personales e intransferibles (aunque le recomendó que renunciase a ella).
Hasta la fecha, Antonio Castillo no ha explicado públicamente los motivos de su decisión ni ha dado respuesta a los ataques verbales de sus excompañeros aunque ha anunciado a los periodistas que, en breve, informará de los detalles de su renuncia. Tan sólo, a través de La Opinión de Málaga, ha matizado que no hay trasfondo económico en el asunto.
La marcha de Castillo es la segunda que sufre el PSOE de Fuengirola en los seis meses que llevamos de legislatura. Y al igual que la anterior, se produce después de un duro revés electoral.
La primera se produjo nueve días después de los comicios locales del 22-M. Entonces, la concejala más veterana del actual grupo socialista, Carmen Segura, que ocupaba el número tres en la candidatura que encabezó Javier García León, anunció por sorpresa su adiós y renunció a su acta de edil.
En aquel caso, fue la propia Agrupación del PSOE fuengiroleño la que informó de la noticia a través de un comunicado enviado a los medios, en el que se ponía en valor su periplo de 12 años de "esfuerzo y trabajo ejemplar". La sustituta de Segura en el Grupo Municipal Socialista fue la número seis Trinidad Díaz.
Javier García León y Juan Álvarez del Pozo. |
Tal es así que, incluso, sin haberse hecho efectivo, ya ha desaparecido de la web del PSOE de Fuengirola y le sustituye el secretario de Política Municipal, Juan Álvarez del Pozo, quien además, es la persona que debería sustituir a Antonio Castillo en caso de que renunciase a su acta.
El PSOE de Fuengirola ya ha borrado a Antonio Castillo de la web. |
Fin de un ciclo
Más allá de los motivos de ambos ediles; la marcha de Carmen Segura, primero, y Antonio Castillo, ahora, simbolizan el fin de un ciclo. Ambos eran los dos únicos ediles socialistas que compartieron candidatura con el anterior secretario general, Moisés Sánchez. Así que se cierra una etapa. Aunque lo que no cambia es la afición de los socialistas fuengiroleños de prenderle fuego a su propia casa; algo que el exalcalde (último regidor del PSOE en Fuengirola), Luis Pagán, manejaba a la perfección y que sus sucesores han ido mejorando. En la anterior legislatura, los socialistas comenzaron con buen pie, nada más y nada menos que con la dimisión del candidato y portavoz del Grupo Municipal del PSOE. Pero no contentos con este fabuloso inicio, la Agrupación del PSOE, motivada por la dirección política provincia, quitó de enmedio al anterior secretario general, Antonio Contreras, que había sido elegido un año antes. Los detalles de aquello ya los contamos en las entradas Navajazos socialistas en Fuengirola y Día clave para el PSOE y cuenta atrás para Pachina. Después de aquello hubo más cambios, en concreto, en la portavocía del grupo de concejales. Y parece que como el órdago les salió también, pues han decidido repetir la estrategia del ruido de cara a 2015. Se admiten apuestas…
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