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martes, 20 de julio de 2010

Matrix Socialista

“El mundo se divide en dos, Tuco: los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes coger la pala”. El bueno, el feo y el malo" ("Il buono, il bruto, il cattivo", 1966).

Es lo que parece haberle dicho la dirección política del PSOE de Málaga a Ignacio Trillo acerca de sus aspiraciones de provocar la convocatoria de primarias en el seno de la organización socialista para onvertirse en el candidato socialista a la Alcaldía de Málaga. Lo que no parece tan claro es que el que fuera delegado de Medio Ambiente de la Junta en Málaga esté dispuesto a aceptarlo con resignación. Más bien, lo contrario. 



Recapitulemos. En las entradas La anunciación de María y Primarias para primos, ya abordamos este asunto. Desde entonces, se han ido produciendo varios hitos interesantes en esta esperpéntica carrera de despropósitos en que se ha convertido la elección de candidatos del PSOE de Málaga. La primera noticia destacable es que Ignacio Trillo,  uno de los promotores de la campaña por las primarias, dio el paso para pretender desencadenar la convocatoria de este procedimiento interno en el PSOE al postularse públicamente como aspirante a candidato socialista a la Alcaldía de Málaga. El segundo elemento a reseñar constata el carácter sorprendentemente maleable de las normas internas de los socialistas. El pasado 17 de julio, el Comité Federal del PSOE dio luz verde al calendario y al proceso de elaboración de listas en su organización, incluyendo, como marcan sus Estatutos, la posibilidad de que se celebren primarias en aquellas agrupaciones en las que haya más de una candidatura. Pese a ello, un día antes, el propio José Antonio Griñán volvió a dejar clara la posición del PSOE-A sobre las primarias al mostrarse en contra de las mismas porque, según aseguró, "no nos benefician" (lo que no aclaró es a quién, si al partido en su conjunto o a las grupos que controlan el poder, es decir, el aparato).  Curiosa declaración de intenciones la del máximo responsable del PSOE andaluz cuando no hace tanto, a principios de 2010, repetía ante cualquier micrófono o grabadora  frases como "No es bueno imponerse a las agrupaciones territoriales que conocen perfectamente cómo respira su municipio"

Desde luego, la filosofía que desprende la declaración de Griñán no concuerda demasiado con las acciones posteriores. En concreto, con el hecho de que la dirección regional del PSOE pida que se proclame 'el Estado de Excepción en Andalucía" para que no haya primarias en sus agrupaciones. La 'excepción andaluza', por cierto, empieza a dejar de tener cierto sentido, puesto que no es la primera vez que desde la calle San Vicente silencian la voz de sus militantes respecto a la elección de sus alcaldables. Ya ocurrió, por ejemplo, en 2006, el PSOE-A prescindió de elecciones primarias en Andalucía por "decisiones de carácter estratégico", según dijo entonces el responsable de Organización, Luis Pizarro. Ahora, la justificación que ofrece su homólogo, el barbilampiño Rafael Velasco, se basa, simplemente, en que "no se dan las circunstancias para ello". También han recurrido a la 'excepción excepcional' para adelantar el nombramiento de Juan Espadas, alias 'El Único' como candidato a la Alcaldía de Sevilla. 

Haciendo memoria (es decir, rebuscando en las hemerotecas), podemos encontrar algunas perlas verbales muy interesantes para definir a sus locutores. Por ejemplo, el propio Velasco, en junio pasado, advirtió ya de la intención de la Ejecutiva Socialista Regional de trabajar para que no hubiera primarias, aunque dejó una puerta abierta al asegurar: 

Un mes después, esos avales ya no serán necesarios puesto que Velasco y sus compañeros solicitarán que no haya primarias en Andalucía.

¿En qué situación deja esta estrategia a María Gámez, la "candidata-mejor-para-2015" a la Alcaldía de Málaga? La apisonadora del aparato socialista se ha puesto en marcha para allanar el camino de sus elegidos. El problema es que en ese proceso de asfaltado están quedando también enterradas cuestiones primordiales como la igualdad de oportunidades, el derecho de los militantes a tener voz en las decisiones que les afectan, el derecho a no ser discriminados, e incluso la legitimidad de los elegidos. Es decir, la democracia como funcionamiento de una organización política al servicio de la sociedad.  
Éste es el escenario que se le presenta a los 'trillos de Andalucía' (sin ir más lejos, en Torremolinos se apostaba por una candidatura alternativa a la oficial; también en Almería). El último movimiento del aparato socialista puede resultar definitivo para esas aspiraciones de cambio. Ahora, nivelar la balanza con semejante peso en contra se antoja una empresa extraordinariamente difícil. 

La pregunta que siempre nos ha asaltado ha sido ¿realmente quería Ignacio Trillo ser candidato del PSOE a la Alcaldía de Málaga o lo que buscaba era agitar a la militancia socialista, provocarla para que reaccionara ante el modelo orgánico de funcionamiento?  Evidentemente, sea como fuere, el primer paso para ambos supuestos (por separado o conjuntamente) era la convocatoria de primarias en su partido. En su odisea,  este IIC (Incómodo Insomne Crónico) ha vuelto a constatar que el 'miedo' (y no el debate) es la pieza angular que sustenta el entramado político de su organización. Es la clave del poder del aparato, más allá de normas, estatutos y asambleas. Por ello, la celebración de elecciones internas hubiera podido ofrecerla a la militancia como la demostración palpable de que es posible encontrarle, causarle, grietas al sistema para cambiarlo. Su logro  hubiese podido convertirse en un revulsivo interno en el PSOE que lograse agitar un vaso con el agua demasiado quieta, tanto que empieza a estar estancada. Por eso, la dirección política regional y provincial (curioso silencio el suyo sobre este asunto) han decidido ganar el pulso a costa de lo que fuera. ¿Qué hará ahora este jimenato? ¿Perseverará en su empeño? De momento, grita Trillo a los cuatro vientos: 

Si es así, si continúa su cruzada, quizá llegue el momento en el que pueda hacer frente a las cuestiones y dudas que le asaltaban al agente Anderson en su intensa batalla con Neo (el Elegido), en Matrix Revolutions:
  
"Por qué, señor Anderson? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué lo hace? ¿Por qué? ¿Por qué se levanta? ¿Por qué sigue luchando? ¿De verdad cree que lucha por algo, además de por su propia supervivencia? ¿Querría decirme qué es, si es que acaso lo sabe? ¿Es por la libertad, por la verdad, tal vez por la paz, quizá por el amor? Ilusiones, señor Anderson, desvaríos de la perfección. Concepciones temporales de un frágil intelecto humano que trata con desesperación de justificar una existencia sin sentido ni objetivo. Todas son tan artificiales como Matrix, sí, es cierto, aunque sólo una mente humana inventaría algo tan insulso como el amor. Debería ser capaz de darse cuenta, ya debería saberlo, usted no puede vencer, es inútil seguir luchando. ¿Por qué, señor Anderson? ¿Por qué? ¿Por qué se resiste?".   

Lo veremos. De momento, lo que sí ha hecho ha sido encender la luz y pillar in fraganti a 'los soldados de la dedocracia'. 


"Siempre dije que ser socialista no era fácil. Ser socialista significa apoyar a los débiles contra los poderosos. A veces hacer ese trabajo es complejo, pero los socialistas nos crecemos ante las dificultades." Miguel Ángel Heredia. Entrevista en el diario Sur el 23 de mayo de 2020.

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