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viernes, 29 de abril de 2011

La inocencia sucia de Pachina

Se estaba haciendo de rogar. Como si del ‘Gordo’ de la Lotería navideña se tratase. Pero al final, a tres semanas de la cita con las urnas, ha aparecido, por fin, la mano sucia y rastrera de Pachina en la carrera electoral. En realidad, siempre aparece. Más tarde o más temprano. Y siempre en una acción perfectamente urdida para que no queden detalles sin planificar. 
En esta ocasión, los pregoneros de la basura han sido dos de sus más fieles perros de presa. Hace unos días, los concejales Ana Mula y Rodrigo Romero comparecieron ante los medios de comunicación en la sala de prensa del Ayuntamiento de Fuengirola. Pero esta vez no anunciaron (por enésima vez) alguna obra, ni criticaron a otra administración (gobernada por los socialistas, preferentemente). El encargo que estos dos meritorios de Pachina llevaron a cabo consistió en la afable (para ellos) tarea de arrojar la sombra de la sospecha sobre el candidato del PSOE, Javier García León
Para ello, Mula y Rodrigo, los dos mejores pitbull de Oña, hicieron pública la pasada relación profesional del portavoz socialista, abogado de profesión, con el prófugo Emilio Rodríguez Menéndez y le pidieron explicaciones por ello. El teatrillo montado ante los medios de comunicación tuvo como momento estelar a los dos protagonistas del show mostrando, divertidos y, al mismo tiempo, orgullosos del deber cumplido, imágenes sacadas de un vídeo emitido en un programa rosa de televisión, en las que se ve al propio García León caminando junto al célebre letrado.
Rodrigo Romero y Ana Mula, sonrientes, durante la rueda de prensa.
Lo primero que llama la atención es el hecho de que tan importante revelación se haga en una sede institucional. ¿Por qué Mula y Rodrigo no se fueron a la oficina de campaña del PP para dar este notición? La respuesta la hemos ofrecido aquí en numerosas entradas y es muy evidente. Después de tanto tiempo en la poltrona, Oña y los suyos no son capaces de distinguir cuál es el límite entre su partido y el ayuntamiento, y esa confusión les interesa sobremanera, pues afianza la imagen de que uno y otro son inseparables. 
Más ejemplos de ello. El últimamente hiperactivo Rodrigo Romero, junto al recién llegado, Pedro Vega, utilizaron de nuevo las dependencias de la Casa Consistorial para una comparecencia con un evidente carácter electoralista. O la reunión mantenida entre Esperanza Oña y el candidato del PP de Mijas, Ángel Nozal, para abordar proyectos comunes a ambos municipios. 
Reunión entre Nozal y Oña en el Ayuntamiento de Fuengirola.




La cosa no tendría nada de extraño si no fuera por el hecho de que Pachina se reunió en su condición de alcaldesa, y no de candidata del PP, al hacerlo en el propio despacho de Alcaldía del Ayuntamiento de Fuengirola. ¿Qué hacen los dos candidatos del PP de Fuengirola y Mijas en dependencias institucionales? ¿Por qué no se invitó a los candidatos de las demás formaciones políticas? ¿Ya sabe Pachina que Nozal va a ser el próximo alcalde? Está claro que la imagen de la reunión entre ambos trata de reforzar el mensaje que los populares utilizan en Mijas: ‘Con el PP a Mijas le irá mejor, como en Fuengirola’. El indecente comportamiento de Oña radica en la utilización de recursos públicos para llevar a cabo acciones de precampaña. 

Pero vamos a las insinuaciones de Mula y Romero, los dos voceros de la insidia, respecto al asunto Rodríguez Menéndez. En su alocución ante los periodistas, ambos ediles desvelaron (no se trataba de ningún secreto, en cualquier caso) que García León declaró como testigo por el intento de asesinato del abogado huído. Al socialista le pidieron explicaciones sobre esta relación profesional y le vincularon de alguna manera con las maneras, los métodos e incluso los asuntos de aquel. 
Es sorprendente, en este tema, que precisamente sea Ana Mula la que hurgue en el ámbito profesional (pasado) del candidato del PSOE y le pida aclaraciones, cuando todavía hay rastro en internet de algunas de sus amistades profesionales más cercanas poco explicadas. 
Pero, volviendo al asunto, la Operación Infamia no se detuvo con esa rueda de prensa. Pachina tenía preparado el escenario de la emboscada perfecta: sesión plenaria al día siguiente de salir publicada la noticia en los medios de comunicación. Para los preliminares, un orden del día cargadito de asuntos de los que le gustan a la alcaldesa. Críticas a la Junta de Andalucía por el (no) Centro de Salud de Los Pacos, por el (no) Hospital para Fuengirola y Mijas, y críticas al Gobierno Central por la (no) remodelación de la 4ª Fase del Paseo Marítimo. Después, temas variados de gran relevancia institucional en ‘Asuntos de la Presidencia’ como ¡la citada reunión entre Oña y Nozal! Y para finalizar, el remate de los ‘Ruegos y Preguntas’, el espacio en el que se escenifica la despiadada cacería que las hordas de Pachina mantienen hacia el candidato socialista, la infumable docilidad del concejal andalucista, Cristóbal González y la indolente respuesta del PSOE. Ayer, en concreto, no le hizo falta al Grupo Municipal del PP prender la mecha para provocar el arreón de Oña. Fue el propio candidato socialista, Javier García León, quien ofreció su propia cabeza en una más que discutible decisión de dar explicaciones en el pleno municipal sobre un tema de índole privada. El alcaldable del PSOE reconoció haber estado trabajando durante un año y medio (sin cobrar) en el despacho de abogados de Rodríguez Menéndez (donde había más de una treintena de letrados) y también, haber declarado como testigo en su intento de asesinato. De hecho, incluso aseguró que la noche del atentado “casi me vuelan la cabeza”. Y todo esto para dejar claro que su relación con el prófugo fue estrictamente profesional y que concluyó cuando dejó aquel bufete. Toda esta información la expuso en el máximo órgano de representación institucional de Fuengirola para dejar claro que “haber trabajado allí no me convierte en un delincuente”. La explicación más detallada la ha colocado el propio candidato en su blog. 
Al candidato socialista aquellas explicaciones públicas debieron parecerle un elogiable ejercicio de (pseudo)transparencia. Sin embargo, en realidad fueron un error de bulto (otro más), un ejemplo de lo que no debe hacerse con una adversaria como Esperanza Oña. Ayer García León decidió de forma voluntaria poner su cabeza en el centro de la arena política para que sus contrincantes la patearan sin pudor. Y como era de esperar, la alcaldesa no desaprovechó el regalito y macachó a su oponente con todo tipo de insinuaciones (¿por qué estuvo un año y medio en ese despacho con lo que allí sucedía y no optó por salir corriendo?; ¿conocía las actividades delictivas de Rodríguez Menéndez?; ¿aprendió allí a hacer denuncias falsas?) y numerosas descalificaciones por el eslógan socialista de 'Se ofrece alcalde sin engaños'.

Lo que García León hizo llevando ese tema al pleno fue aceptar que un asunto de su vida profesional pasada (cuando ni siquiera vivía en Fuengirola) se convirtiera en cuestión de debate en el pleno del Ayuntamiento, además, en unas condiciones en las que no iba a tener la posibilidad de hacer frente a la tergiversación torticera de Oña. Desde luego, no nos parece que este tipo de asuntos que surgen al calor de la campaña electoral (el hecho denunciado ocurrió hace una década más o menos y las imágenes aparecidas en televisión a finales del pasado año) deban ser asunto de pleno y sí de debate electoral fuera de la gestión municipal. Pero es que se entiende todavía menos este estúpido ejercicio de inmolación por parte del candidato socialista cuando, además, se comprueba que fue incapaz (una vez más) de poner sobre la mesa en el pleno para su debate cuestiones de similar índole como la imputación del director de TeleOña (antiguo compañero sentimental de Pachina) por un presunto delito de prevaricación y tráfico de influencias. Material tenía con este tema, y con el ‘caso Viajes’ (ver la entrada El Gürtel de Fuengirola conecta con Melilla); con la Feria Internacional de los Pueblos (y el proceso de selección de las entidades participantes); con las relaciones con imputados en la Operación Malaya (ver los posts Las huellas de Malaya en Fuengirola y La trama vasca de Malaya pasó por Fuengirola y nadie la quiso ver), o con las antes citadas, extremas relaciones profesionales de Mula, o la contratación del hijo de Oña en el Ayuntamiento de Torremolinos con condiciones ciertamente magníficas, o el patrimonio acumulado por la propia alcaldesa durante sus años de política, entre otras cuestiones. Pero no, una vez más, el cabeza de cartel del PSOE optó por recorrer el callejón del matadero con su media sonrisa congelada y las manos en los bolsillos; incapaz de cambiar el paso en un debate plenario. Por eso, además, no es de recibo (por no utilizar otros calificativos) el hecho de que el candidato socialista utilice su blog para denunciar estas cuestiones cuando ni siquiera se atrevió a plantearlas en el pleno.
Con todo, el interrogatorio (retórico, pues no esperaba respuesta) de Pachina respecto a esta cuestión fue cruel, injurioso, demagógico e incluso hipócrita. Minutos después de dejar entrever que el hecho de que el edil socialista compartiera despacho con Rodríguez Menéndez pudiera conllevar algún tipo de corresponsabilidad en los delitos cometidos por el prófugo; Oña pronunciaba un alegato a favor de la presunción de inocencia a propósito de la imputación de Ana Mula por una presunta falsificación documental y la campaña de desprestigio que están llevando a cabo los socialistas a través de ruedas de prensa y noticias en publicaciones de partido. 
Una muestra de hipocresía política que, en boca de Pachina y con las reglas del juego convenientemente adulteradas, se convierte en un nuevo ejercicio de maestría dialéctica por parte de la regidora. Aunque bien mirado el asunto, la moraleja vale para las dos partes. O respetan la presunción de inocencia (una de las grandes mentiras de la Constitución Española), o compiten a tumba abierta por lanzar mierda a diestro o siniestro (en el caso de unos o de otros), con lo que pueden ahorrarse luego la interpretación de víctimas ofendidas y vilipendiadas. 
Censura mediática
Mientras todo esto ocurre, Izquierda Unida se enfrenta a la titánica labor de sortear una férrea censura impuesta en los medios de comunicación locales, públicos (por supuesto) y privados. La situación es muy grave porque, con independencia de lo acertado o no de sus propuestas, el hecho atenta directamente contra el derecho constitucional a recibir información veraz (artículo 20 de la Constitución Española) y, por tanto, contra los más elementales principios democráticos.

Hurtando la información de otros partidos, el escenario político queda alterado y la capacidad de los ciudadanos de tomar decisiones no es plena. Pero claro, esto a Pachina es lo que menos le importa. 
Por ello, el candidato de IU, José Miguel López, ha recurrido a canales alternativos (como ya hacen otras formaciones, como el PSOE) para denunciar esta situación de apagón informativo y tratar de difundir sus propuestas.

No es el primer problema que la coalición tiene en Fuengirola durante la escasa actividad mantenida en la legislatura que ya acaba. De hecho, varios integrantes fueron denunciados por la Policía Local cuando repartían folletos informativos sobre una campaña contra el aparcamiento privado del Hospital Costa del Sol. En cambio, los populares han tenido toda la permisividad posible para poder llevar a cabo su campaña de recogida de firmas para reivindicar el Hospital en Fuengirola y Mijas, y para la 4ª Fase del Paseo Marítimo. Tuvo que ser IU quien recurriera a la Junta Electoral para poner freno a este abuso. Sin embargo, tal como lo cuentan desde la coalición, a Pachina no le frena una simple resolución de este órgano. 




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