Estos días, la noticia (trágica y dolorosa) del asesinato de un joven de 17 años en Los Boliches sacude la actualidad local. Ocurrió el pasado lunes en los jardines de Parque Rosario, donde, desde ayer, los amigos y conocidos de Salva, la víctima, le rinden un espontáneo y sentido homenaje, con flores y mensajes de recuerdo ubicados en el lugar donde ocurrieron los hechos.
Dos puñaladas, una en la espalda y la otra en el pecho (ésta mortal) le bastaron al presunto homicida, otro joven de 17 años, para acabar con su vida. Al parecer, según el testimonio de algunos de sus amigos, una miserable deuda de cinco euros ha podido ser el detonante de este crimen. La Policía Nacional ha detenido ya al presunto agresor, y al supuesto inductor del asesinato, otro joven de 21 años con quien, según parece, mantenía Salva la deuda.
Ahorraremos aquí más detalles sobre el suceso, que pueden leerse estos días en toda la prensa; y trataremos de alejarnos emocionalmente del asunto para analizar lo sucedido desde un punto de vista más global. Ya está ocurriendo que, en muchos foros, el debate se centra en la nacionalidad (extranjera) del presunto agresor (que hemos omitido aquí porque no nos resulta demasiado relevante, como tampoco hemos dicho la del presunto inductor del crimen; recomendamos conocer las cifras de delincuencia publicadas por el INE), en el endurecimiento de las leyes; en la posibilidad o no de reinserción de los asesinos; y esas cosas que tantas pasiones levantan en determinados sectores y que son utilizadas, de forma irresponsable, por algunas formaciones políticas. Sin embargo, pocos son los que ponen el foco en cuestiones como ¿por qué menores de edad van con cuchillos por la calle? o ¿qué modelo siguen para recurrir a la violencia como forma de resolver sus conflictos?
Pues bien, nos separamos aún más del suceso para lanzar una pregunta bien clara: ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN FUENGIROLA? ¿Qué ocurre en la ciudad que jóvenes mueren apuñalados, indigentes son atacados con hachas y se producen tiroteos en supermercados, por citar algunos ejemplos? Y que nadie lo interprete mal, puesto que no pretendemos relacionar los hechos. Simplemente, exponerlos como muestra de que algo no funciona.
El pasado lunes, tal como hemos apuntado, un joven de 17 años fue asesinado poco antes de las ocho de la tarde en un parque público. El suceso, sin embargo, no parece ser un hecho aislado (aunque sí el más grave), ya que los vecinos se vienen quejando de la falta de seguridad en la zona. Pero es que, en apenas un mes (entre diciembre y enero), se han producido dos agresiones (una mortal) con un hacha a dos indigentes en la vía pública en Fuengirola cuando éstos dormían, y la Policía Nacional busca al agresor mientras recomienda a los (numerosos) sin techo que duerman en grupo.
El pasado mes de noviembre, otro joven (23 años) resultó herido muy grave tras recibir tres puñaladas. Un año antes, en noviembre de 2008, un joven de 16 años también recibió una puñalada en el Paseo Marítimo de Fuengirola.
En septiembre del pasado año, el dueño de un supermercado recibió un disparo durante el atraco a su establecimiento. En abril de 2008, un preso fue apuñalado en plena calle de Fuengirola y falleció después en el Hospital.
Y ello, simplemente, como ejemplo, sin citar las reyertas habituales durante las fiestas patronales, la Romería, los incidentes de fines de semana en determinadas zonas del Paseo Marítimo o del centro (como la calle Capitán), la situación de Los Núcleos o la conflictividad que denuncian los trabajadores del Puerto. En 2007, se produjo allí otra agresión con arma blanca. Entonces ya hablaron de los incidentes que se venían produciendo relacionados con el mundo de la droga.
No pretende ser ésta una relación exhaustiva de sucesos, ni tampoco generar alarma social injustificada. Más bien, el propósito de esta relación es enviar una llamada de atención a las autoridades municipales para que levanten la mirada, por un momento, de los asuntos que les ocupan, y comprendan que en la ciudad algo está pasando. Por lo tanto, algo deben hacer. Y, desde luego, la respuesta no pasa por sacarse una foto en las nuevas instalaciones de la Policía Local.
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