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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Los giles y los gilis

Año 1995. Arantxa Sánchez Vicario logra encabezar la lista de tenistas de la ATP. El Real Zaragoza gana su primera y única Recopa de Europa. Fallece Lola Flores y su hijo Antonio. Dire Straits se separan. Microsoft pone Windows 95 en el Mercado. España logra el segundo puesto en Eurovisión de la mano de la fuengiroleña Anabel Conde. Y El Corte Inglés se hace con Galerías Preciados. ¿Lo recuerdan? Seguro que haciendo memoria lo consiguen. Más difícil, en cambio, es acordarse de esto:

Esperanza Oña, el azote de la injusticia y la corrupción, la adalid de la honestidad, la líder de la honradez y la pureza, contribuye con su voto a darle la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental al fallecido Jesús Gil y Gil. En la imagen, asistimos a la consumación del acuerdo alcanzado en su día entre el "señor de las mamachichos" y el supercampeón Javier Arenas (¿era Bocanegra o Bocacabra?), por el que los giles se quedaban con el ente mancomunado y los "gilis" con la Diputación de Málaga. ¡Qué obediente Pachina! Cumple con gracia y soltura el compromiso de su ¿siempre? amado Javier. Han pasado 14 años, algo menos de lo que lleva mandando (que no gobernando) en Fuengirola, y lo único que ha cambiado en ella es su peinado, con un flequillo en permanente desafío a la ley de la gravedad (ni siquiera ésta es capaz de respetar la regidora). La mala leche la conserva, sino la ha acrecentado, y también su disposición a justificar lo injustificable. Ya en su momento salió en defensa de Gil ante los ataques socialistas:

Por aquel entonces conocía de sobra "Espe" lo que era ser antidemócrata (la buena educación en la infancia es lo que tiene, y no la tontería de Educación para la Ciudadanía y esas chorradas). Ha llovido mucho, pero no han cambiado tanto las cosas. Estos días miramos a Estepona y vemos a los "gilis" con los exgiles, otra vez de la mano, con artimañas y argucias, de espaldas a la ciudadanía y el poder como único objetivo. Cambian las siglas, los perfiles, en cambio, son los mismos. Mercenarios y subastadores. Gilioñas y gilimoyas, gilititis y gilimenas. Y. por supuesto, giliarenas. Seguro que Pachina tendría un buen titular para ello. Pregúntenle (si se atreven).


Nota: las imágenes publicadas proceden de un escéptico en Marbella. Gracias por la memoria.

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