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martes, 29 de septiembre de 2009

Un error y un acierto

Viendo ayer el pleno en Fuengirola, podemos decir que nos equivocamos en la parte más difícil y acertamos en la más fácil, lo cual, la verdad, es que tiene poco mérito.

El error fue en la argumentación utilizada por Pachina para contrarrestar la iniciativa del PSOE de plantear las propuesta que el PP usó en Estepona. Es decir, una bajada de sueldo de la alcaldesa y de sus concejales de gobierno, así como la eliminación de diversas tasas, entre otras cosas.

Habíamos vaticinado que Esperanza Oña arrojaría a la cara de los socialistas los diversos casos de corrupción. Y no hizo eso. Lo que tiró a los concejales del PSOE fueron los salarios de distintos cargos públicos socialistas para argumentar que el suyo propio es inferior.


El acierto, sin embargo, lo encontramos en que, tras esta guerra de cifras, el PSOE volvió a salir escaldado. Claro que la responsabilidad de ello se puede repartir, en la proporción que se prefiera, entre los ediles socialistas incapaces una vez más de ganarle a Oña la batalla dialéctica (desde el reconocimiento a la dificultad que entraña la habilidad de la adversaria y su manipulación del escenario) y las cabezas pensantes que empujó al PSOE de Fuengirola a llevar al pleno un asunto de Estepona para hacer oposición al PP de Málaga. Un disparate, vamos.

Lo cierto, más allá de la bofetada, es que hablar de sueldos entre políticos en estos tiempos que corren es cuanto menos indecente. ¿Cómo puede criticar el PSOE a Oña por su sueldo si cargos públicos suyos cobran más que el propio presidente de la Junta? Les puede ocurrir igual que cuando criticaron el precio del coche oficial de Oña. ¿Qué dirán ahora del vehículo de la alcaldesa de Vélez? ¿Cómo puede Pachina justificar su salario y calificarlo de “reducido” si gracias a los “extras” lo está duplicando? Porque, eso es otra, Esperanza lleva siempre bien puesta la medalla de que no cobra del Ayuntamiento, como si fuera un gesto decoroso e incluso caritativo. Y resulta que su elección se debe a que cobrando del Parlamento Andaluz (donde es portavoz del PP) se lleva un pellizco mayor, que además, le permite percibir del Consistorio fuengiroleño los complementos adicionales por las asistencias a pleno, comisiones, etc.

Total que, ambos partidos se dedicaron ayer a arrojarse a la cara los euros que se lleva el otro, mientras los problemas reales de los ciudadanos de Fuengirola se quedaban como los parados en este país: a la cola. Lamentablemente, éste fue el mayor acierto de nuestro vaticinio.

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