Parece que Pachina ha comenzado, otra vez, a “desplumar” la margarita. Hace unos días, aseguró Esperanza Oña en rueda de prensa que todavía no había decidido si iba a volver a presentarse a las elecciones municipales de 2011. Pobre Esperanza, ¡qué días habrá pasado de intranquilidad y desasosiego tratando de sopesar los pros y los contra!. Y mientras sigue reflexionando, su partido dice que cuenta con ella para mantener la (aplastante) mayoría popular en Fuengirola, reforzar la hegemonía del PP en la costa y, ya puestos, conseguir el ansiado vuelco electoral en la provincia, y obtener así la Diputación de Málaga. Los sudores que le deben entrar con esto a algunos y algunas. Lo explicó ayer el presidente del Comité Electoral del PP de Málaga, Juan Manuel Moreno, a los medios de comunicación que lo recogen así:
• La Opinión de Málaga: El PP apuesta por la continuidad de los candidatos en la costa.
Es decir, un año y medio vista de las elecciones, ya sabemos que van a repetir candidatura Pedro Fernández Montes (alcalde) en Torremolinos, Enrique Moya (alcalde) en Benalmádena, Esperanza Oña (alcaldesa) en Fuengirola, Joaquín Villanova (alcalde) en Alhaurín de la Torre, Ángel Nozal (oposición) en Mijas, Francisco Salado (oposición) en Rincón de la Victoria, Francisco Delgado Bonilla (oposición) en Vélez Málaga. Más Ángeles Muñoz (alcaldesa) en Marbella y Francisco de la Torre (alcalde) en Málaga que ya estaban confirmados.
Aunque hay que esperar a toda la tramitación (aprobación en los sucesivos comités), está claro que el PP quiere consolidar la costa como su feudo, y a ello, añadirle los movimientos que se están sucediendo en el interior.
Pero volvamos al caso de Fuengirola. Se repite la historia. Demasiado vieja (la historia) y repetida (la historia y Pachina). Cada cuatro años, Esperanza usa el mismo truco. No sé si me presentaré, anuncia un año y medio antes. Incluso, desliza el nombre de algún sucesor, como en su día a Joaquín Rueda, el máximo responsable de su guardia pretoriana, la Policía Local de Fuengirola. Y luego sale el partido, le pide que se quede, la da un poco de cera, alaba su gestión, le ofrece mimos y cariñitos, y Oña, porque se lo piden, porque es muy generosa, porque está comprometida, y porque no quiere dejar a los ciudadanos desamparados, hace un sacrificio y dice que sí. A partir de ahí, el guión se repite. Triunfo electoral y rodillo en la legislatura sin oposición.
Y como da resultado, pues vuelta a empezar. Quien escuchara o leyera las palabras de duda de Esperanza, ya debe estar temblando. “Nos quedamos sin alcaldesa”, pensarán algunos, “ahora qué será de este pueblo”. El truco está muy visto, pero como le da resultado, pues ahí sigue aplicándolo.
Sin embargo, la realidad es otra. La ambición de Pachina no tiene límites. Su lema “si quiere que las cosas salgan bien, debes hacerlas tú misma” lo lleva a la máxima expresión en la política. Y ello, unido a su disconformidad con la estrategia de su partido en Andalucía, le hace, de momento, “soñar” con una posible candidatura a la presidencia de la Junta. Pero para que eso sea posible, Oña debe mantener posiciones, y su enfrentamiento, notorio y casi público, con el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, y su evidente distanciamiento de su, hasta hace poco, “amado” Javier Arenas, no se lo ponen fácil. Por eso, lo primero que debe hacer es mantener la Alcaldía de Fuengirola. Y a partir de ahí, esperar un (nuevo) batacazo electoral de Arenas en las autonómicas. Será el momento de abanderar una “renovación” en el PP andaluz que le permita liderar un proyecto político con mayores expectativas de cara a las urnas. Iluminadora resulta la advertencia de Griñán ayer en el Parlamento al "campeonísimo" Arenas.
Así que, mientras pone cara de apesadumbrada y nos expresa sus dudas, perfila su plan, dispone los movimientos y establece los tiempos para poder hacerse con el control de los mandos. Y con un plan B en la recámara. Si Arenas consigue lo que sería un “histórico” vuelco electoral en Andalucía. No tendría más remedio que incorporar a su equipo de gobierno a la portavoz parlamentaria del PP.
El quid de la cuestión es ¿habrá alguien que pueda disputarle a Pachina la Alcaldía de Fuengirola?
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